Lo de esos dos si que era un misterio. Supongo que es como en los cuentos, la hermosa princesa se encontró frente a frente al temible ogro ¿y se enamoró perdidamente de él? No tiene ni pies ni cabeza pero eso nos dá igual, el motivo nunca nos interesa, nos interesa más el cómo... Reunidos en el único lugar y por el único que se atrevería a invitarnos, intentamos sacarle algo al Señor Manson. Es aterrador mirarle directamente a los ojos, son tan penetrantes, encima siempre parece estar en su mundo y no sólo es eso lo que te puede asustar de él, es más su actitud que su aspecto fisico, es más la manera de desenvolverse. Sólo conozcó a dos personas que sean tan elegantes, endiabladamente elegantes, nuestro anfitrión y el Doctor Von Klauss. En fin, en un salón enorme para nosotros solos, bien arrimados a la lumbre, sobretodo Stephen, para él resulta algo tan hipnotico, los niños grandes queríamos sacar unos cuantos trapos sucios, sobretodo a nuestro señor y lider Manson, él nos miraba con expresión burlona, apoyando la cara sobre su mano izquierda, en plan curioso, en plan ¿quién empieza primero? Skroll, con esa frialdad tan propia de un nazi, fue el que se lanzó:
-Dime, y procura ser sincero, ¿en realidad quién eres y qué pretendes con todo esto?
-¡Siguiente! -Exclamó Manson, poniendo los ojos en blanco. Es un tipo difícil de interrogar, pero en cuanto sale la pregunta adecuada, ahí está bien dispuesto a narrarnos una historia que ni el mismiso Edgar Allan Poe. Fue Stephen el que logró eso, lo dijo sin nisiquiera dejar de mirar al fuego.
-¿Qué sientes por Charlotte, es amor o es obsesión?
-Bravo, Stephen, eso si que nunca me lo habían preguntado antes...
Y comenzó a narrarnos su versión del encuentro, desde luego, no tan bonita como la que suele contarle a sus hijos, a nosotros nos dejó sin habla. Aunque aquí algunos ya se lo suponían, me refiero a Skroll, a ese no se le escapa ná. Buen soldado.
-Era una de esas noches aburridas, mirando el techo, imaginando toda clase de formas y figuras, algo surgió, como cada noche a aquellas horas. El bullicio proveniente de las prostitutas y sus hipócritas clientes lo fue avivando, dandole fuerzas. De un salto salí de la cama, sentí que tenía que dar un laargo paseo por el barrio. Me preparé debidamente y salí, Mi casero sabía perfectamente que no debía salir pero ya no tenía fuerzas para detenerme, era ya muy viejo para perseguir a un elemento como yo. Aquella noche no ví muchas estrellas en el cielo, sin embargo y a pesar de todas la vulgaridad, encontré una. Era la primera vez que veía a aquella prostituta, parecía una de las pocas que aún mantenían intanta su inocencia, por lo cúal sentí curiosidad, la curiosidad me llevó a hablar con ella y puesto que parecía una chiquilla que habría pertenecido hace tiempo a buena familia, endulce mis modales y tuve mucho cuidado al proponerle una visita a mi humilde hogar. Ella debió de suponerlo, no parecía tonta, sino todo lo contrario. Deduzcó que me siguió pensando en mí como su primer o mejor cliente. Fue estraño pues cuando llegó el momento de rasgar y hundir mi fiel navaja en su suave piel, algo, un sentimiento que jamás había sentido antes, me detuvo, volví a intentarlo y aunque la navaja consiguió penetrar donde debía penetrar, no pude seguir. Ella no parecía asustada más bien sorprendida, le dije que se fuese y que no volviese a exponerse por este barrio. Así lo hizo, se vistió todo lo deprisa que pudo y no volví a verla. Pero para mi joven y confusa mente no podía parar de pensar en ella, ¿por qué con ella no? Durante muchos años me obsesionó, incluso pense que podría haberse dado el caso de haberme enamorado de ella, volví a verla un año después, pensé que me reconocería pero no fue así, fue como volver a empezar, pasamos toda aquella fiesta hablando, me tuve que marchar, ella me siguió y así fue como gracias a todo ese gran empeño que pusó ella por cazarme, finalmente me ha cazado. A ella no le importa que tenga amantes, tiene el descaro y la valentia de hablar con la amante que tenga y dejarles bien claro que soy más suyo que de ellas. Yo pienso que no le hace falta, al fin y al cabo pocas, muuy pocas de ellas sobreviven, sólo una, toda una psicopata con cara de angel.
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