Oh, Príncipe mío

Ay principe mio, ¿dónde te habras metido? Quizás nunca hayas existido, quizás sólo una estupida fantasia habras sido. En un atisbo de oscuridad, en oscura noche o entre mis sabanas te hallabas y yo no te supe encontrar. O quizás fui demasiado exigente para ti y cuando apareciste una vez ante mi no lo quise admitir. No importa querido principe, con los años aprendí que no soy tu princesa sino una guerrera. ¿Pero cuándo la guerrera llora quien va a consolarla? Quizas el dragón más feroz que a su lado se vuelve mimoso gato, pues ella a aprendido a olvidar al principe y disfrutar con sus amigos, aquellos como ella, que buscan amor pero se sienten tan cobardes para encontrarlo. Pero a veces, aunque el tiempo pase, pienso Oh principe mio, ¿dónde te habras metido?