lunes, febrero 07, 2011

FanFic Slayers DRAG SLAVE




A lo lejos los aldeanos contemplaban como el bosque se iluminó y a los pocos segundos era consumido por el fuego. A lo lejos dos dos figuras cuyo aspecto no tomó una reconocible forma hasta la mitad del camino, se acercaban. Una de ella era más alta que la otra. Eso si se advirtió con facilidad, todo lo demás, en principio, no.
-¡Naga, serpiente estúpida, estó es culpa tuya! -Gritaba la que sería la muchacha de poca estatura, con cabellos tán rojos como el fuego, grandes ojos almendrados y gran fama de Destructora o Asesina de Dragones.
-¡¿Cómo te atreves a llamar a la gran Naga, estúpida?! ¡Si no hubiese intervenido, aquella cosa nos hubiese deborado! -Le contestaba la otra alzando la voz, sintiendose muy indignada pues se consideraba la mejor. Era gracioso y obceno verla correr pues sus enormes senos se alzaban a cada paso como si se tratasen de dos redondos sacos llenos de agua. Sus cabellos era mucho más largos que los de la muchacha pelirroja y su figura resultaba mucho más voluptuosa. Tras dos oscuros mechones de su cabello se encontraban sus azules y cristalinos ojos. Una dama muy a tener en cuenta pues su caracter y su vestimenta resultaba a todos los aldeanos parecida a la de las brujas, crueles feminas que sólo se dirigian a los pueblos a disturbar a las pobres gentes.
Ambas muchas se indignaron mucho al chocar contra un muro, construido mediante la colocación y unión mediante fuertes cuerdas de varios arboles, los más gruesos, cuyo proposito era el de proteger a la aldea. La pelirroja, que logró cesar su agitada caminata, observaba como la otra se apartaba del muro de madera frotandose la nariz con los ojos brillantes debido a lo que aquel muro significaba.
-¡No nos permitis refugiarnos en vuestro pueblucho! -Exclamó la hermosa y atolondrada hechicera. -¡Lo lamentareís! -
Lina, que mantenía una pícara sonrisa en su rostro al ver que su amiga había chocado contra el muro, pronto cambió de expresión. La hechicera de oscuros cabellos tras amenazar con su acostumbrado arrogante tono retrocedió unos pasos y extendiendo sus brazos con ambas manos adelante, empezó a pronunciar una serie de palabras que la otra hechicera pronto reconoció.
-¡Naga, ni se te ocurra utilizar el... ! -Trató de advertirla pero siendo ya demasiado tarde pues de las manos de la alta hechicera surgió lo que al principio era como una bola incandescente, más roja que el fuego, que en poco tiempo, creció incontroladamente, con una fuerza que hizo retroceder violentamente a la hechicera varios pasos atrás. La gigantesca bola penetró con increible facilidad el muro pero no sólo logró penetrarlo. Todo fue destruido ante los atonitos ojos de la hechicera, que incapaz de admitir que se había precipitado al lanzarlo, simplemente dijo:
-Creo que deberíamos irnos. -
La otra muchacha le siguió mirandola con odio.

No hay comentarios.: