sábado, diciembre 26, 2009

Especial

Es el rojo de tus labios atenuados
entre las níveas visiones
que tu rostro provee...
Es tu rubor escondido
entre las mejillas más frías,
más insensibles....
Y entre encajes,
entre cintas brillantes
que te engalanan de Noche,
de cuentos, de Magia...
Ahí respiras,
pidiendo ante mis ojos
ligera aprobación de tus amores.
Pidiendo a mi razón
que tu levedad sea marca
en prenda de las Noches más amargas.
Niña mía,
cubre en esta noche de aromas que arrecian
toda esa piel desnuda
que al banquete de Carne invita,
porque esta Noche, mi querida,
no serás la niña especial pretendida
con cada desacierto desesperado,
con cada falsa palabra que el instinto apremia,
con cada verso insípido compartido en las calles,
cada historia creada sólo para embelesar.
Ya en las caminatas de Lunas
he encontrado nidos de arpías
con el mismo repertorio de cuentos gastados
y por cierto, con un costo menor al Alma.

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