Por El Scorcho
Ver Resident Evil Afterlife es como presenciar a la mamá de uno mientras le caen a patadas en la boca. Si eres de los que fue al cine esperando ver algo de acción y un poquito de miedo, algo que te haga pasar un buen rato y te entretenga con una historia interesante, bastará diez minutos de película para que caigas en una profunda desesperación y horror, querrás gritar a los cielos, tratarás de quitarte la vida y quizá, sólo quizá, mantengas aún un poquito de cordura para darte cuenta de que la pesadilla que marcará tu vida de ahora en adelante no ha hecho sino empezar. ¡Pero no llores aún! Aquí está El Scorcho, ayudándote a sacar lógica de ese teatro de la miseria, colaborando con el terapeuta que indudablemente estás viendo ahora. Porque te quiero.
Paul W. S. Anderson no parecía un director inepto, como es obvio en Uwe Boll. Nos ha brindado a la primera Mortal Kombat y a Event Horizon, haciéndonos creer que, hey, quizá este tipo sí tiene talento.
pero todo era pa' que creyeramos.
Para un director o un guionista amateur, esto no está mal. Pero cuando consideras que alguien ha invertido millones de dólares en esto, que alguien dedicó tiempo a terminar un guión creyendo que hacía algo que valiera tu plata, sólo te queda concluir que este es un caso de piratería disfrazada. Todos esos carajos que están frente, y detrás de las cámaras, son unos malditos piratas sinvergüenzas que esperan que les entregues tu dinero, ese que podrías estar invirtiendo en comida para tus hijos, en medicina para tus padres, en caña clara para ti. Uno tiene que preguntarse “Pero si las anteriores fueron asquerosas, ¿por qué las siguen haciendo?” Es porque Hollywood funciona en torno al dinero. Cada vez que vas al cine a pagar por esta bazofia, le estás diciendo a un poco e’ gordos millonarios que está bien que no se esfuercen, que sigan haciendo basuritas con menos mérito que Bailando con las Estrellas, porque a ti no te molesta botar tu plata. Así que tú eres el que tiene la culpa.
La película arranca donde la anterior terminó. La semidiosa Alice está decidida a terminar con la malvada empresa Umbrella, que ha destruido al mundo con sus experimentos en armas biológicas (caracterizadas por el Virus T, que convierte a la gente en zombi). Alice no está sola en este episodio; un ejército de clones va a ayudarla en un ataque al cuartel general de Umbrella en Tokio, partiendo desde Las Vegas. Esto nos lleva al…
PROBLEMA #1: LA PELÍCULA NO TIENE SENTIDO Y EN NINGÚN MOMENTO SE APROXIMA A UNA TRAMA QUE ASPIRE A LA COHERENCIA.
Yo tengo varias preguntas. ¿Qué pasó con los poderes mentales que Alice tenía? ¿Alguien se acuerda de eso, que era un elemento importante en la segunda y la tercera película? Me dirías que es Wesker (el malo) el que se los quita, pero conforme avanza el film, la tipa es Bruce Lee combinada con Max Payne, Rorscharch, Batman y Lady Gaga; que le quiten sus poderes no hace ninguna diferencia en lo absoluto. Lo que es más, hay una escena en la que la arrojan contra una pared y las baldosas de la pared se rompen. ¿Qué-mierda? Si la tipa es humana otra vez, ¿qué significa esto? Porque te digo, así lancé a mi suegra una vez en el baño y fue ella la que se rompió, no las baldosas. También, cuando empieza este episodio, nos dice que cuatro años han transcurrido. ¿Cuatro años de qué? ¿Desde la primera película? ¿Desde la tres? ¿Desde el fin del mundo? De nuevo, sin respuestas. Alice mató a un malo nulo al final de la anterior y dice “Hey, ¿por qué no nos vamos a Japón? Podemos usar ese helicóptero que está ahí.”
Es en estos casos en los que un personaje como Hudson, de Aliens, le hace bien a la historia.
"¿Japón? ¿JAPÓN? ¿PERO TÚ TE VOLVISTE LOCA, MALDITA MUJER? ¿TÚ SABES QUE ESO QUEDA EN OTRO CONTINENTE Y QUE APENAS HAY COMIDA PARA UNOS DÍAS?"
De alguna manera, Alice, compa----
"¡No, no, ya va! ¿Dónde vas a meter a todos esos clones? Claro, como hay gasolina que jode, podemos hacer varios viajes. Digamos sesenta viajes, más cinco pa' las armas y la munición. YO ME VOY PAL' COÑO. ¡NO, MEJOR VETE TÚ PAL' COÑO!"
De alguna manera, Alice, compañía y La Guerra de los Clones llegan a Japón, sobrevolando un mundo que se parece al de Terminator, como si una guerra nuclear lo arrasó. ¿Qué fue eso, fue el Virus T? ¿Fue una bomba atómica? Y ya que hablamos de escenarios, ¿por qué Las Vegas estaba enterrada en la arena? Yo nunca he ido a Las Vegas, pero hasta donde sé, no tienen empleados con escobas que tratan de mantener la arena a raya, así que esa explicación que nos dieron (“no hay nadie para mantener la arena a raya”) SE LA PUEDEN METER POR EL RABO.
Otra cosa que no entiendo, porque no tiene lógica al igual que el resto de esta “película,” es el objetivo general de Umbrella. ¿Siguen vendiendo armas biológicas? ¿A quién? No sé, pregunto porque el mundo está destruido, pues, me imagino que debe haber una crisis en el mercado. El presidente de la compañía, Albert Wesker, sigue con una agenda malvada que no tiene propósito.
Cuando llegan, se ponen a pelear con los zombis, que ya no son exactamente zombis, sino unas criaturas a las que se les abre la mandíbula y que tú puedes reconocer si jugaste Resident Evil 5. Ya va, pana. ¿Qué pasó con los zombis? ¿Por qué se convirtieron en esto? ¿O sea, es una evolución, es normal o qué? Son misterios de tu vida que permanecerán sin respuesta, como “¿Quién mató a Kennedy?” y “¿Quién es mi papá?”
Y qué bueno que hablamos de los monstruos, porque ellos son el…
PROBLEMA #2: TODO TIENE LA ORIGINALIDAD DE UNOS ZAPATOS NAIK HECHOS EN VIETNAM.
Cada uno de los monstruos que ves aquí son un rotundo fusil de los que ya viste en el juego. Yo sé lo que estás pensando, maldito carajito estúpido.
En la primera Mortal Kombat, vimos la apariencia original de Reptile, que es algo que no sale del juego y es de este mismo director. Si quieres llevarlo al campo de las adaptaciones de otro material, mucho de lo que ves en la película de Fight Club, no sale en el libro. Es una adaptación. Aquí te tiran a todos los monstruos que viste en el juego, incluyendo al verdugo encapuchado del quinto y, para no romper la costumbre, no te explican en lo absoluto de dónde salieron ni por qué son como son. Como el violador que te espera en el callejón, Anderson quiere que aceptes esto callado.
Hagamos un paréntesis ahora para hablar de lo que es un tributo. Un tributo es algo que haces para elogiar otra pieza de arte, demostrando que ha ejercido influencia en ti, algo que amerita un reconocimiento. Buenos ejemplos son Shaun of the Dead, Predators y Scream, películas que uno ve y reconoce los detalles con gusto. Malos ejemplos son las películas de Resident Evil, donde, en la segunda, vemos una repetición toma-por-toma de la escena introductoria en el juego Resident Evil Code: Veronica. Me habría encantado estar al lado del japonés que dirigió la introducción animada de ese juego mientras veía Resident Evil: Apocalypse.
"Bueno, no la cagaron tan duro, ha podido ser peor, como la película de Súper Mario Bro--- ya va, ¿qué es esta verga? Pero... pero... aaaaaAAAAAAAHHHHHH ¡A ESOS HIJOS DE PUTA HAY QUE AHORCARLOS DE LAS BOLAS! ¡ME PLAGIARON TODA LA ESCENA, CHAMO! ¡TODA LA ESCENA QUE DISEÑÉ CON EL SCORCHO FUMÁNDONOS UNAS ÑOCAS! ¡DAME MÁS COCAÍNA!"
Eso está de vuelta en Afterlife. Vas a ver repeticiones súper fusiladas de cinemáticas del juego, mucho menos divertidas porque aquí no estás jugando, sino te están sodomizando. Esta es la misma razón de por qué se odió al remake innecesario de Psycho, que recreaba al clásico de Alfred Hitchcock toma por toma: no tiene gracia y demuestra que eres un bastardo sin originalidad. Una forma de ver esta película es meterte en la boca un puñado de papeletas de ácido, pasarlas con ron pampero y tratar de reconocer cuáles cinemáticas consigues entre escena y escena. Por lo menos así fue como la vi yo.
Lo más ofensivo de todo esto es que detrás de la mente de Anderson está la firme idea de que el espectador es un imbécil. Quiere que veas esas escenas y digas “wow, qué original, este tipo es un visionario,” de la misma forma que quiere que veas una parte de la película en la que los personajes están viviendo en una cárcel y digas “viven en una cárcel, eso es novedoso,” ignorando que eso ya apareció en The Walking Dead y los paralelismos son tantos que es asombroso y analmente penetrante. O sea, siendo el cine un negocio que versa sobre la capacidad de narrar historias, uno asume que la creatividad es el combustible que guía las mentes detrás de muchas películas.
¿Es Paul W. S. Anderson un cabrón miserable? Saque usted sus propias conclusiones (pero la respuesta es “sí”).
PROBLEMA #3: LA TERCERA DIMENSIÓN ES LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA.
Quizá sepas que uno de los principales puntos promocionales de esta vaina es que fue grabada con esas cámaras 3D que uso James Cameron para Avatar. Tú esperarías, entonces, que los efectos especiales fuesen del carajo. O sea, Avatar no fue una cosa del otro mundo…
¿Entiendes el chiste? "Una cosa del otro mundo" porque es Avatar y... es... en otro planeta... con aliens y... ¡BUENO, LÁVATE ESE CULO, NO JODA!
…pero hay que reconocer que por lo menos se veía bien. Aquí las cosas se ven un poco fuera de foco. Usan el mismo truco de “mira cómo te tiramos cosas a la cara, jo-jo-jo,” pero cosas que debían estar en foco, nítidas (como PERSONAJES HABLANDO) se ven un poco difuminados. ¿Qué carajo? No me digas que están apenas aprendiendo a manejar las fulanas cámaras esas, porque en Avatar no se veían así.
Así que es hora de contratar a profesionales y no abaratar los costos con niños esclavos hindúes. Maldito explotador.
Pero como Ali Larter medio se disculpó por esto, estoy dispuesto a dar mi brazo a torcer con este punto. Porque está buena.
PROBLEMA #4: ¿QUIÉN CONCHA ES ESTE SAPO Y DÓNDE ESTÁ DEREK ZOOLANDER?
Como esta serie de películas no son más que un vehículo para que el zopenco ese nos eche en cara que Milla Jovovuvivjcjahch es su esposa, el personaje que ella hace, Alice, sale en un poco de escenas en cámara lenta, con agua cayendo y tal, y la mirada penetrante, y los personajes que realmente atraen a los fans (o sea, los del juego) son secundarios. Vemos a Ali Larter corriendo de acá para allá, haciendo esos movimientos de artes marciales y uno se ve forzado a asumir que la caraja no es el personaje del juego (una muchacha universitaria), sino una tipa que ha pasado toda su vida en entrenamiento de fuerzas especiales. Ahora, yo nunca fui a la universidad porque me quedé fumando piedra a lo largo de mi sexy juventud, pero no creo que exista una muchachita que estudia, digamos, arquitectura, y pueda vencer en combate cuerpo a cuerpo a un negro con por lo menos 50 veces su masa corporal, armado con un martillo más grande que él. Pero ahí la ves, haciendo tirabuzones y volteretas mortales hacia atrás, cayendo en una pose toda felina y con una cara que haría a Derek Zoolander eyacular de envidia.
Y entonces llega Chris Redfield, que si sólo has visto las películas, es un carajo que no te interesa en lo absoluto y sería mejor si lo mataran, porque así todo se acaba más rápido.
¿Te acuerdas de la carajita que estaba buena en la película anterior, K-Mart? Espero que sí, porque si no, me la imaginé y no sería la primera vez. Qué ladilla cuando eso pasa. El hecho es que aunque en Resident Evil: Extinction fue un personaje secundario con más o menos importancia, aquí es fondo, es más insignificante que los zombis, sale un ratico, no tiene diálogo, no entiendo el propósito de su aparición, no hace nada importante; esencialmente le pagaron pa’ que modelara un ratico. Es más o menos lo mismo que hicieron con Jill Valentine, que sale después de los créditos y que, de nuevo, estás obligado a asumir que es Jill, porque no se parece en lo absoluto a la última vez que la vimos (esa violación visual que fue Resident Evil: Apocalypse) sino a su encarnación en el quinto juego. Trata de ponerte en los zapatos de alguien que va al cine a tripearse una y no le ha parado a los juegos. La pregunta lógica: ¿quién es esta maldita zorra y por qué nadie me advirtió de esto?
Si eso es verdad, maldito emo pretencioso, explícame ¿por qué las películas no son adaptaciones de los malditos putos juegos? Esto es como que te fumes una vara de monte, pretendiendo que es piedra. ¡No es piedra, es monte! Así mismo, aquí agarraron a unos personajes equis, les pusieron el nombre de los personajes del juego y ya: salgan a hacer artes marciales con caras intensas y maquillaje por todos lados (en una tierra donde el maquillaje es probablemente la última de tus preocupaciones, un paso por encima de lo que tenga que decir Perez Hilton. En cualquier situación).
En conclusión, esta película es un bodrio absoluto, no tiene literalmente nada que se pueda recomendar, es una prueba más de que a Dios ya no le importa lo que está pasando en la tierra y si a ti te gustó, te ofrezco que te bebas una jarra de detergente o te lo inyectes en los ojos. Escoge con cuidado.
-65/10.
1 comentario:
Jajaja, qué bueno que te gustó. Merecía una reseña de este tipo.
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