De la naturaleza del mortal Narcizo (Pt.III)

Siendo el autor de los materiales que te recrean a ti mismo en vivencia cotidiana, también, mortal narciso, construiste la divinidad sobre tu cabeza. Creaste a tu creador igual a tu imagen; nunca a la inversa. Crees que así, con modestia y humildad, fuiste fruto de la grandiosidad externa; pero sabes que eres artista de tu padre. Te inventaste a ti mismo en tu ideal de ser perfecto. Te adoras a ti mismo. ¿De otra forma, beberías la sangre y comerías la carne de otra cosa que te sea misteriosa y distinta? Buscando una plácida explicación de tu amor propio, encarnaste tu amor en otro, que a la vez te ama, incondicional.

Y a la vida la amas porque te acoge. La vida no es propia en sí misma sin tu existencia en ella. Tu, hombre, eres la vida y amas vivir. Eres la gran imagen sin la cual la vida perdería su fundamento. Solo viviendo te estas amando; y amas la vida porque tu mismo te encuentras en ella. A la muerte la despreciamos porque acabamos nosotros mismos, no el mundo para nosotros.

FIN.

(fotografía: Femme_Fatale___La_Reve_by_ZephaniaOZ)