jueves, marzo 24, 2011

FanFic Slayers unLUCKY BOY


Dibujo a color de Zelgadiss ^^ Me he esforzado mucho mucho, espero que os guste ^^ Lo pongo pues con el pelo azul se asemeja mucho más a Cerberuss X3
NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):
Al igual que hay variaciones muy marcadas en el diseño de Rezo, el monje rojo de la novela, al manga al anime pues con Zelgadiss pasa algo parecido pero dentro del anime ya que en la primera temporada tanto ropas como cabellos no son como en la última. Siendo su imagen en la última temporada a mi parecer más idonea, siendo nieto o biznieto de Rezo... Por lo que yo imagine a Cerberuss con el cabello castaño (azul cada vez que le doy color en algún dibujo XD) pero con el flequillo más extendido por la frente, no a un lado y siempre con una bufanda roja. También decir que Erik, padre de Zelgadiss según unas amigas mias del DA, tiene el cabello azul claro conque viendo a Cerberuss como un antepasado de la familia de Erik, me gusta que lleve el pelo azul ^^ Eterno Poder es un FanFic realmente enrevesado pero mola porque es rollo Tsubasa Chronicles ^^
El chiquillo aún seguía tan aterrorizado como impresionado. Su señor sin lugar a dudas no era como los demás señores que había visto pasar por el pueblecito en el que había vivido con su padre. Las bestias le obedecían y las alimañas de aquel bosque no se atrevían ni siquiera a poner una pata cerca de la vivienda, a primera vista humilde y tranquila, construida mediante fuertes piedras y leños.
-Adelante, pasa a la que será tu nuevo hogar. -Le indicó con voz encantadora al abrir la tosca puerta principal. El niño examinó la casa y dando algunos pasos temerosos entró. La puerta se cerró con un sonoro estruendo que sobresaltó al chiquillo al poco de entrar el joven de rojo. El lugar apenas se encontraba iluminado, tán sólo se dejaban entrever algunos objetos tales como sillas, una mesa o una gran chimenea gracias a algunos rayitos de sol que habían logrado traspasar los finos velos oscuros que tapaban las ventanas. Al niño le pareció extraño pero no dijo nada al respecto ya que temía al amo de la casa. Aquel joven, todo vestido de brillante rojo, cuya expresión no parecía alterarse, de finos modales y sonrisa perturbadoramente hermosa le había ofrecido una vida mejor si le acompañaba. Aún magullado por la reciente paliza se dejó caer sobre una de las sencillas sillas de madera, observado como de inmediato su señor se alejaba, al poco rato, el chiquillo le oyó regresar. Se plantó frente a él, en sus manos llevaba una botellita de cristal cuyo liquido poseía un color curioso y un pañuelo de tela blanco de pequeño tamaño. Empapando el pañuelo con aquel extraño liquido, su señor se arrodilló para ponerse a la altura del chico pues era de mayor estatura. El niño no dió credito a lo que estaba aconteciendo, aquel individuo le estaba curando las heridas. Su padre jamás había hecho nada parecido, tán sólo parecía saber pegarle y amenazarle y a menudo olvidaba alimentarle. El escozor que sentía era debido a que aquel liquido cumplía con su objetivo, desinfectar y sanar. El cuerpo del niño presentaba un aspecto peor de lo que el hechicero supusó, no sólo estaba más delgado de lo correspondiente sino que había toda clase de heridas y moratones cuyo color era de un violaceo morado que le desagradó pero las heridas bien tratadas podrían sanar sin embargo el conjunto de manchas de diversas tonalidades, ¿cómo sanaría aquello?
-No se asuste. Dios me castigó con esto. -Le comentó el niño casi en un susurro con la cabeza gacha.
-No estoy asustado, mi niño, más bien me encuentro desconcertado. -Le replicó calmadamente. -Ya que esto bien podría ser confundido con lepra pero no es lepra. Si bien podría ser algo relacionado con la piel. -Añadió saboreando lo incómodo y preocupado que se sentía el chiquillo, consciente de que había padecido repulsión y odio por algo que se encontraba en su cuerpo.
El joven de rojo meditó profundamente antes de permirtir al joven vestirse. Dirigiendo sus ojos hacía el montón de ropa que el niño había ido dejando, supusó que quizás aquella ropa, sucia y hecha de telas baratas, podría ser en parte la culpable de aquellas manchas. Por lo tanto, aquellas ropas fueron quemadas de inmediato con un rapido movimiento de su mano. El joven de rojo pronto le proporcionó mejores ropas, le enseñaría a mantenerse aseado y le daría una dieta más sustancial y regular. El chiquillo sería tratado como un ser humano y no como un animalillo lo cúal le haría sentirse muy agradecido pero no merecedor de tanta piedad. El hechicero de rojo le daba buenos cuidados pero como pronto iría percibiendo el chiquillo jamás le dió el cariño que tanto necesitaba. Si, su cuerpo se fortalecía y su mente se expandía pero su alma se mantuvó igual de debíl y dominable... Tál y como la deseaba el hechicero de rojo.

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